Abrí los ojos y descubrí todo un mundo ante mi.

Ni una sola pista de donde estaría mi mamá eso sí.

Mis hermanos,pronto los perdí.

Aprendí en dos días todo lo que creí necesitar para sobrevivir.

Alcé el vuelo y pronto conocí a otros,muchos más grandes que yo.Así que intenté de ellos aprender,y algo de cada uno absorbí.

Su esencia,su vitae,corría ahora por mis venas pero mi misón en este mundo no había acabado así que mi camino proseguí.

Es entonces que la ví a ella,de entre todas la más bella que vi.

Me posé a contemplarla,resplandeciente,con brillo propio,como con ninguna otra me sentí.

Es en ese momento que su boca se cerró y su intención me abrumó.

Cómerseme viva quiso pero no lo consiguió,así que reanudé el vuelo y mi camino seguí.

Los días pasaban y yo mi ciclo reanudaba.

Esquivaba manotazos,lluvias raras y fogonazos,absorbía vitae,vivencias y conocimientos.

Hasta que encontré la charca de mis sueños,deposité mis huevos y al poco me morí.

(La vida de un mosquito hembra)